en-Gestión integral de residuos sólidos urbanos
Profundizar procesos de aprendizaje en la población en relación a prácticas de separación de residuos a través de campañas de concientización y generar un sistema de traslado de residuos (anteriormente clasificados) a los centros recicladores con capacidad de generar un valor agregado de estos. Para esto es necesario identificar en el lugar de origen que tipo de residuos se generan y qué uso puede darse en las diferentes plantas recicladoras de la provincia. A su vez se considera importante desactivar áreas de residuos que no fueron destinadas para tales fines. De esta manera y siguiendo los lineamientos del DAMI se buscará:
- Aprovechar todos los materiales reciclables que hacen parte de los residuos sólidos y que hasta el momento no han tenido un tratamiento adecuado, fomentando la economía circular.
- Disminuir la cantidad de residuos inorgánicos reciclables a los que se les da tratamiento en el sitio de disposición final (en el relleno sanitario).
- Disminuir la cantidad de residuos inorgánicos reciclables a los que se les da tratamiento en el sitio de disposición final (en el relleno sanitario).
- Revalorizar corrientes de residuos que hoy solo se disponen en el relleno sanitario.
- Crear fuentes de empleo directo e indirecto teniendo en cuenta a los recicladores urbanos.
- Mejorar costos operativos en el proceso de transporte de los RSU.
- Mejorar y aumentar el suelo de cobertura intermedia en el relleno sanitario de Overo Pozo utilizando el material orgánico proveniente de la planta de clasificación (el cual tendría realizado un proceso de estabilización biológica previo).
- Disminuir el porcentaje de enfermedades asociadas a la contaminación de suelos y agua por RSU.
En San Miguel de Tucumán, Higiene Urbana del municipio calcula que la producción de basura diaria promedia las 600 toneladas, siendo el lunes el día en el que más se genera, llegando a las 750 toneladas.
En tanto, el Observatorio Nacional para la Gestión de Residuos Sólidos Urbanos estima que a diario cada habitante de la provincia genera casi un kilo de residuos.
Del total, solo el 65% es recolectado y recibe el tratamiento en relleno sanitario, el resto cuenta con una disposición final inadecuada. Es decir, el 35% de desechos que se genera en la provincia termina en basurales a cielo abierto, una problemática que aún se lucha por erradicar.
La investigadora Carolina Monmany Garzia, del Instituto de Ecología Regional (UNT-Conicet) de Tucumán, estima que existen por lo menos 40 basurales a cielo abierto, cada uno de una hectárea o más, según el último registro de 2018 de la Secretaria de Ambiente.
El problema de estos basurales, dispersos generalmente cerca de un río o un canal, es el costo socioambiental.
Entre los contaminantes, "las micropariculas de plástico se transportan más fácilmente por el ambiente y son un peligro para la fauna, incluso llegan a los peces de interés comercial", explica Monmany Garzia, en diálogo con La Gaceta.
"Los residuos plásticos son contaminantes silenciosos y son acumulativos, cuyo perjuicio se ve a través de los años en la baja calidad de vida", agrega.
"Dentro de la ciudad de Tucumán, las enfermedades de la piel y las respiratorias son las que más se incrementan a medida que están más en contacto con esos contaminantes", observa la investigadora.
Pese al sistema de recolección, aún existe en las zonas urbanas muchos focos de basuras, incluso dentro de los canales, y eso se nota luego tras una lluvia o una inundación, según señala Jorge Pérez Musacchia, director de Higiene Urbana del municipio capitalino.
El funcionario asegura que en los últimos siete años, se erradicaron un 70% los basurales a cielo abierto. Pero aún hay hábitos que resultan más difíciles de erradicar.
"A la vera del rio Salí, se generan basurales crónicos a pesar de que se iluminó tanas veces y se realiza un operativo cada dos o tres días para poder sacar los desechos", ejemplificó, a la vez que comenta que no son los vecinos de la costanera quienes arrojan los residuos ahí.
Monmany Garzia considera que lo central, para erradicar estos basurales, es la educación ambiental. Si bien hay responsabilidades compartidas entre el municipio que tiene que gestionar los residuos y la Provincia que fiscaliza, "el compromiso de que no se genere tanta basura es de todos", sostiene.
"A medida que pasó el tiempo se ha tomado conciencia de esto. Pero la velocidad en la que la gente ha ido tomando conciencia es mucho más lenta que la generación de basura", advierte.
"A los tucumanos no les gusta estar en una provincia sucia, aunque no parezca. Hace varios años, cuando propusimos la separación de residuos (orgánico e inorgánico) había resistencia en la gente. Hoy, sobre todo por la experiencia en Yerba Buena y en Capital se han abierto a esta idea, ha habido un cambio", asegura.
En esta línea, el municipio prevé iniciar pronto este proyecto. "Comenzaremos con la separación de residuos en 20 manzanas del sur. Próximamente lo vamos a lanzar, estamos ploteando los camiones que pasarán en un horario distinto para recolectar el material reciclable", adelanta Perez Musacchia
La idea es que en cada hogar se separen los residuos orgánicos de los inorgánicos y reciclables, como el plástico y el cartón. En convenio con la federación de cartoneros, serán estos trabajadores que reciclarán en el nodo ubicado en el ex matadero. Allí el municipio le brindará otras prensadoras para darle mayor valor a los productos y de esta manera jerarquizar el trabajo. El objetivo luego es extender esta iniciativa a más barrios de la capital, a fin de mejorar la gestión de la basura y reducir la formación de basurales clandestinos.